Pocos eran los aficionados al fútbol y pocos eran los seguidores del Levante los que se podían imaginar al comienzo de esta temporada que irian a presenciar una hazaña como esta. Que un club como el Levante no sólo se proclamara como equipo revelación de La Liga a estas alturas de temporada, sino que además se metería de lleno en la lucha por disputar plazas europeas.
Su política de fichajes limitadísima por el bajo balance económico que presenta el club, se centra básicamente en reflotar jugadores veteranos, deshauciados en sus clubes y contrastándolos con sus jóvenes valores de la cantera.
Los casos de Barkero, Del Horno, Venta, Juanfran, Farinós, Juanlu, Nano o el gran capitán Sergio Ballesteros son un ejemplo claro que demuestra que un futbolista no tiene porqué estar acabado una vez supera la barrera de los 30.
Esta temporada, con la llegada de Juan Ignacio Martínez al banquillo granota han acumulado un total de 31 puntos en 19 partidos que les han hecho asentarse cómodamente durante muchas jornadas en la cuarta plaza. Tan sólo una derrota y cinco goles en contra han transformado el Ciutat de València en un fortín contra numerosos equipos, incluido el Real Madrid, que cayó por la mínima en el coliseo levantinista.